A veces, se forman burbujas en la superficie, está dorada por fuera pero cruda por dentro, al estirarla se encoje, o simplemente se nos rompe, etc.
Aquí algunas de las razones del por qué pasan estas cosas. Asimismo, hay que recordar que es muy importante medir bien los ingredientes y no cambiar las proporciones, el horno debe de estar precalentado y si es posible, trabajar en un lugar fresco en donde no le caiga el sol directamente a la masa.
Masa dura
- Se hizo con mucha agua
- No se amasó lo suficiente
- No se utilizó la cantidad suficiente de materia grasa
- Se horneó por mucho tiempo
Masa blanda y quebradiza, difícil de extender con el rodillo
- Se utilizó mucha grasa
- No se añadió el agua suficiente
Masa seca y agrietada que se quiebra al extenderla
- Se manipuló demasiado la grasa
- Grasa utilizada sin la temperatura adecuada
Masa pegajosa al extenderla
- Se hizo con demasiada agua
Masa muy grasosa
- Se trabajó con las manos caliente, lo que hizo que la grasa se derritiera. Antes de manipularla, mojarse un poco las manos con agua helada
Masa levantada de modo desigual
- Se horneó a una temperatura no uniforme
Masa cubierta de burbujas
- Se le echó demasiada agua
- No se aplicó de manera uniforme la materia grasa
Masa mojada por dentro
- Tuvo una mala cocción
- No se le hicieron huequitos para liberar el calor
Base de la masa muy mojada y cruda
- El horno no estuvo a una temperatura uniforme
- El horno estuvo a temperatura muy alta
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